lunes, 2 de julio de 2007

NADA ES TAN RECONFORTANTE COMO TUS ABRAZOS

Pasó justo un momento, quizás solo fueran segundos, pero para mi duró lo suficiente como para que todo lo demás no importara.

En ese lapso de tiempo no hubo nada más, no había nadie más. Y todo estaba bien. No temía a nada, porque sabía que las cosas eran de nuevo como antes, cuando lo demás no importaba.

De repente el tiempo se paró. Los relojes se detuvieron. Y estabas entre mis brazos. Tenía lo que quería, te tenía a ti. Como si hubiéramos empezado de cero, tú y yo solos.

Es maravilloso estar contigo, porque nada es tan reconfortante como tus abrazos. Porque no hay nada que sea tan cálido como tu eres.

Desde ese momento, no dejo de soñar que ese abrazo, esos besos, se conviertan en algo eterno. Porque ahora todo es oscuro, otra vez negro, las cosas no son como antes, y a todo temo.

No hay comentarios: